Unos labios rojos son símbolo de sensualidad y erotismo femenino, y escogiendo el matiz adecuado, todos los tonos de piel pueden llevarlo, y este otoño las variantes más oscuras de esta tonalidad están de moda, unidos a unos ojos muy naturales o eyeliner. Se sabe que en épocas de crisis, las ventas de labiales rojos aumentan, y es que pocas cosas suben tanto la confianza como una boca roja y sensual. Sin embargo, mal aplicado, puede dejar por los suelos un look, ya que al ser un color tan llamativo, cualquier fallo se nota muchisimo.
Los errores más típicos son: no corregir asimetrías en la forma del labio, escoger mal el matiz, y el 'sangrado', o que se salga el color por las comisuras de los labios. Hay una serie de pasos para aplicar correctamente este color, y evitar estos errores, los cuales también valen para cualquier color que no sea nude.
Para escoger el matiz, tienes primero que conocer el subtono de tu piel, frío o cálido. Las pieles frías tienen una tendencia hacia el rosa, les quedan mejor los tonos fríos (azules, violetas, verdes) y suele quedarles mejor la plata que el oro. Son típicas de los países nórdicos. Las pieles cálidas, por el contrario, tienen tendencia al amarillo, se llevan mejor con tonos cálidos (amarillos, naranjas, corales), y el oro les queda mejor. Se ve más en latinos y asiáticos. Las pieles oscuras también se dividen en frías y calidas, y en ese caso hay que buscar subtonos dorados/rojizos para las cálidas, y azules para las frías.
El rojo, dependiendo de si tiene mayor proporción de azul o amarillo, es más frío o cálido. Rojos fríos son los rojos rosados, fresas y vinos y quedan mejor en pieles frías. Rojos cálidos son los rojos coral y anaranjados, y quedan mejor en las pieles cálidas. El rojo neutro (el rojo puro típico de los 50) queda bien en todas las pieles. Escoger el tono adecuado es importante para que el color quede en armonía con la cara, y no desentone. Cuando el tono es correcto, acompaña a la piel y queda perfectamente integrado, llamando la atención por el tono, sí, pero de una forma favorecedora. Muchas chicas piensan que el rojo les queda mal, porque se empeñan en ponerse un rojo con un matiz contrario al de su piel.
Ahora, en cuanto a la aplicación, lo primero es exfoliar e hidratar los labios. Después cogemos un corrector del mismo tono de nuestra piel y cubrimos los labios con una fina capa, para eliminar el tono natural del labio y desdibujar su contorno. De esta forma es más fácil hacer correcciones en la forma del labio, y también facilitar que se vea el tono real del labial.
Cogemos un lápiz para perfilar los labios, bien en el mismo tono de rojo, bien en un tono neutro como terracota o canela. Ahora es el momento de corregir asimetrías, haciendo la línea lo más simétrica posible. Si queremos hacer los labios más finos o más gruesos, dibujaremos el borde por dentro o por fuera de la línea natural, pero siempre muy pegado al borde natural, para que no quede un efecto grotesco y antinatural. Después rellenamos con el mismo lápiz. Esto proporciona una base para que el pintalabios dure más y para evitar el 'sangrado'.
Lo siguiente es pintar con el labial escogido. Para una aplicación más precisa, un pincel es útil. Aplicamos el color sobre la zona demarcada por el lápiz, ni más ni menos. Después, retiramos el exceso con un pañuelo, y volvemos a pintar. Esto sellará el pigmento, y hará que nos dure mucho más. Un truco para evitar que se nos manchen los dientes es meter la punta del pulgar en la boca, rodearlo con los labios y sacarlo, de modo que el exceso que habría manchado los dientes se queda en el pulgar.
El resultado es un color impoluto, intenso y seductor.
Puedes dejarlo mate, o darle un toque de brillo, y acompañarlo con ojos neutrales, un look pin-up, o un ahumado, si te gustan los looks intensos y llamativos. Yo, siguiendo la moda casi gótica de este otoño, le di un toque en gloss negro, para oscurecer el tono y convertirlo en un granate.
¿Qué me decis? ¿Os llaman los labiales intensos o sois más de tonos naturales?
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