El tónico facial es un elemento básico del proceso diario de limpieza, que se utiliza tras la limpieza con jabón o leche limpiadora para restaurar la acidez e hidratación de la piel, y tonificarla y calmarla tras las agresiones del día a día.

En el mercado hay muchas marcas de tónico, pero si estás corta de dinero o quieres optar por alternativas más naturales, tienes varias opciones.

Por un lado están las infusiones, utilizadas en frío. La de manzanilla es ideal para pieles sensibles, ya que tiene efectos calmantes y antiinflamatorios.

Para pieles más maduras, el té verde o blanco esta indicado, ya que contiene muchos antioxidantes, que protegen la piel del envejecimiento y las agresiones externas.

También, alternando con las infusiones, puedes utilizar suero fisiológico, que puedes encontrar en cualquier farmacia. De las bondades del suero fisiológico hablaré otro día.

El tónico se aplica tras la limpieza facial, mojando un algodón y pasándolo por el rostro con pequeños toques, sin arrastar ni restregar.